Internet-Statement 2003-43

El recuerdo del sangriento golpe de estado militar en Chile

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11 de septiembre de 1973

10 de septiembre de 2003

El 11 de septiembre de 2003 se celebra el 30 aniversario del golpe de estado militar fascista en Chile, el que inició una larga época de sangrienta dictadura de las fuerzas de la burguesía compradora sobre el pueblo chileno bajo la conducción de los EE.UU. El 11 de septiembre de 1973 las fuerzas armadas bajo la dirección de una Junta Militar del General Pinochet acometió a Chile que se encontraba luchando por la construcción de una sociedad socialista. El presidente Allende, siendo representante del Partido Socialista (un partido similar a la Social Democracia) fue elegido por la vía legal en 1970, para ponerse en la cabeza del estado. Él fue asesinado en este golpe de estado. Junto con él, fueron asesinados miles de chilenos revolucionarios y representantes demócratas de las más diversas fracciones y grupos. A la dictadura fascista de Chile le siguieron muchas otras dictaduras fascistas en América Latina, las que arruinaron a los respectivos países.
Indicamos aquí una serie de artículos, que han sido publicados en relación con el tema, como por ejemplo en el sitio de Internet http://www.kommunisten-online.de o en algunos periódicos. [1]

No se puede comprender aquella revolución chilena, si no se incluyen tambié

n los aspectos de las relaciones internacionales y el enfrentamiento con el revisionismo, tanto a escala internacional como en el mismo Chile. Es relativamente conocido que la junta militar fascista para realizar su golpe de estado aprovechó la situación de hecho del sabotaje sistemático, que fue ejercido en la economía chilena mediante los servicios de transportes, avivando así el descontento con el gobierno de Allende. Pero también es necesario realizar un análisis a cerca de hasta qué punto su política, en realidad incluyó cabalmente a la población rural y a la gran mayoría. Por regla general no se pueden aclarar estos golpes de estado, solamente basándose en las maquinaciones de los imperialistas y sus sangrientos cómplices.

La junta militar, en su golpe de estado patrocinado y dirigido por los EE.UU. aprovechó también las debilidades políticas del gobierno de la Unidad Popular, el cual no se aprestó para un golpe de estado semejante, a pesar de haberse estado preparando desde aproximadamente 1972. En el año 1973 ya era conocido desde más de cien años que la burguesía recurre al medio de las armas y aún cuando por motivo de situaciones especiales una parte de las fuerzas burguesas simpaticen con el frente popular, de esta manera recurre a los medios de las armas una minoría de la burguesía y con ella las fuerzas aliadas en los estados apoyados en las grandes potencias extranjeras. La obligación de cada partido socialista que se merece este nombre es no hacer olvidar y no hacer propia dentro de la estrategia fundamental, la realidad de la tiranía burguesa, que ha existido siempre a escala mundial.

Los acontecimientos en Chile desde 1970 hasta septiembre de 1973 no radicaban sólo en la confrontación con los EE.UU., sino que residían también en el conflicto que ocurría dentro del movimiento comunista a escala mundial. La Unión Soviética no sólo estaba controlada por el revisionismo moderno, en su política salían a la luz elementos para un trabajo conjunto con los EE.UU., que de hecho amenazaban a todos los revolucionarios del mundo. A pesar de ocultarlo esta política continuó también bajo Leonid Breshnew, aún más, los elementos de una política propia de gran potencia se pusieron cada vez más de manifiesto. La Unión Soviética parecía apoyar esta vía parlamentaria en Chile. Ella se vio confrontada por la crítica de la República Popular China bajo Mao Zedong, que había desautorizado públicamente este revisionismo moderno y exigía aferrarse al marxismo y al leninismo. Con la revolución cultural y la continuación de la lucha de clases en el período socialista, hasta 1976 se combatió un peligro absolutamente real de un desarrollo análogo en la República Popular China. Los EE.UU. por su parte, echaron leña al fuego en el conflicto e intentaron poner a ambos estados uno contra el otro y del mismo modo intervenir a escala mundial en el conflicto.

La República Popular China apenas se manifestó en 1973 en relación con el golpe militar chileno. El motivo de esto radicó por una parte en el problema, de que la corriente del revisionismo moderno que dominaba en esa época, que tenía la finalidad de una liquidación total del comunismo, aprovechó como pionero para avanzar internacionalmente, un así llamado camino pacífico parlamentario de este tipo. Esta dirección también tuvo influencia en los acontecimientos en el mismo Chile. Por ello es comprensible que por la parte chilena hubiese una cierta reserva frente a los cambios profundos en Chile. Pero en el fondo, pudieron haber jugado un papel aún otros motivos. 1973 fue el tiempo, en que los derechistas de Deng Xiaoping recuperaban influencia en China en forma creciente, después que la revolución en el campo fue creando perjuicios por ultra izquierdistas como Lin Biao. Bajo el pretexto del reconocimiento formal de la política del partido comunista de China bajo Mao Zedong éstos volvieron a intentar desplegar su actividad derechista intrigante frente al movimiento comunista internacional, entre la gente que llegó a los cargos públicos. Tenemos que contar con que estas fuerzas, que se relacionan sobre todo con el nombre Deng Xiaoping, tuvieron influencia en determinadas posiciones políticas en China. Los derechistas en China, alrededor de Deng Xiaoping disponían de una influencia dominante no solamente en el aparato diplomático de la República Popular China, sino también, como se debió comprobar, en el departamento del partido encargado de las relaciones internacionales con los partidos. Desde aquí pudieron ejercer cualquier cantidad de actividad escisionista contra el movimiento internacional.[2]
Los derechistas alrededor de Deng Xiaoping, siguieron una así llamada unilateral "Línea anti-Moscú”, la que después de la muerte de Mao Zedongs en 1976 propagaron abiertamente en China y a favor de la cual se encontraban también ciertos aliados a escala internacional. Esta era el pretexto y servía para falsificar y combatir la línea revolucionaria, que se distinguía por la crítica al revisionismo moderno, en ello sin encubrir al imperialismo estadounidense ni al capitalismo. El mismo Deng Xiaoping, que durante los años 70 siguió su así llamada "Línea anti-Moscú”, pasó también después de comienzos de los años 80, a la directa fusión con el revisionismo soviético y la introdujo ya antes de la restauración capitalista en China, que si bien es cierto, pudo mostrar éxitos en determinados sectores para una creación capitalista voluminosa y rasante y liberó potencias en China, pero que al mismo tiempo liquidó la línea revolucionaria de China.

Después de estos acontecimientos de la política de la República Popular China, algunos revolucionarios se dejaron por ello inducir para atacar en conjunto desde el tiempo precedente, con lo cual dañaron e incluso destruyeron su propio fundamento.

Esta contradicción de Deng Xiaoping se manifiesta por cierto en los análisis de Mao Zedong frente a Deng Xiaoping. El desarrollo del capitalismo en China y en parte el gigante proceso de este desarrollo, demuestran en este momento, que estas potencias capitalistas se encontraban en el interior de China y la izquierda en China, por el contrario, no consiguió conservar la dominancia. Una de las debilidades de los representantes proletarios, uno de los motivos de su derrota, fue haber cortado la ligazón con el movimiento comunista internacional.

Inevitablemente en el tema Chile, se deben aludir justamente estas interrogantes de la lucha interna en China. La derrota en Chile tiene también algo que ver con el conflicto en el PC de China y el conflicto dentro del movimiento comunista.

Junto a los puntos que Helmut Lucas de Kommunisten-online.de resume, ya siempre han existido también críticas a los acontecimientos internos en Chile. Referente a ello, deseamos señalar el libro de Jorge Palacios del, en aquella época, Partido Comunista Revolucionario, que fue publicado en idioma inglés en el año 1979 ("Chile. An Attempt at 'Historic Compromise'. The Real Story of the Allende Years”, Banner Press, Chicago 1979).
También en Alemania se hicieron intentos de ocuparse detalladamente con estos temas. Por ejemplo en forma más detallada en el libro de KPD/ML (Roter Morgen) "Ideologie und Entwicklung der Gruppe Rote Fahne 1970-75" se encuentran también explicaciones a cerca de los contrastes internos en Chile. Allí Allende se considera como un representante de la burguesía nacional de Chile, que consiguió conscientemente cambios progresivos, pero enjuicia en forma especialmente crítica el papel del Partido Comunista bajo la dirección de Luis Corvalán. [3] Este libro lo consideramos con mucha reserva, ya que se permite alteraciones fundamentales en relación con el conflicto del partido en Alemania, que fueron típicas para esta organización en aquella época. Pero al mismo tiempo resume de todas formas una serie de opiniones, que en aquel tiempo se habían desarrollado a escala internacional.

El autor del libro con la visión del PCR señala también un papel de sabotaje, que ejerció el revisionismo moderno en Chile, porque éste en ese momento perseguía otras metas que las que las que se daban de la situación en Chile. En oposición con los esfuerzos de los revolucionarios y de los luchadores progresistas en Chile, entre los cuales podemos contar seguramente también a la mayoría de los miembros del partido de Allende como también al Partido comunista de Chile, en ese momento la política estaba orientada a conseguir una mayor influencia para la Unión Soviética en América del Sur mediante el desarrollo de los acontecimientos en Chile. En todas partes el revisionismo moderno intentó copiar al imperialismo estadounidense y por decirlo así pisar en sus pisadas. Esta concepción tuvo que fracasar.
Si en los artículos de kommunisten-online se señala, que se desaprovechó desde el principio haber considerado de antemano la lucha armada frente a la contrarrevolución, es absolutamente correcto, pero no se puede dejar de prestar atención en que justamente el revisionismo moderno fue el que no hizo caso a esta teoría y arremetió contra ella y esto naturalmente tuvo también repercusiones en Chile. En aquel libro de Palacios se encuentran muchas citas de la política de Partido Comunista de Chile, en las cuales afirmaba su supuesta lealtad frente a la democracia parlamentaria y le otorgó una respuesta negativa a los esfuerzos para organizar la defensa del pueblo, aún ante los evidentes preparativos del golpe de estado por la dirección de la armada unida a la CIA.

En lo que se refiere a la literatura existente de aquel tiempo, esta no se puede suprimir, porque para uno sea desagradable sino, que se deberán analizar las limitaciones de aquel tiempo y ponerse también en lugar de las afirmaciones de ese entonces. Seguramente estas exposiciones contienen imperfecciones, pero ellas también tocan puntos que son fundamentales para el análisis de una semejante derrota.

Se nos echará quizás en cara, que ante el recordatorio al golpe de estado en Chile hemos hecho muchas afirmaciones a cerca del desarrollo del movimiento comunista en aquella época. Pero es real, que sin hacer referencia a ello, no se puede tratar en absoluto la historia de este golpe de estado.

RedNE
Redacción Neue Einheit - Nueva Unidad

 


[1] Vea entre otras la sección: Zum Gedenken an den Putsch gegen den sozialistischen Präsidenten von Chile am 11. September 1973 en Kommunisten-online, así como el suplemento del "junge welt" Chile 1973-2003 , el especial del periódico "Neues Deutschland" con ocasión de 11 de septiembre de 1973 o el Dossier zum 11. September 1973 en LabourNet .

[2]  Vea para ese tema las publicaciones importantes por nuestra organización a partir de los años 1977 - 79, entre ellos: "Einige Stellungnahmen unserer Partei zu der Entscheidung der III. Plenartagung des X. Zentralkomitees der Kommunistischen Partei Chinas bezüglich Deng Hsiao-ping vom Juli '77" (Algunos declaraciones de nuestro partido sobre la decisión del parte del III. sesión plenario del X. comité central del partido comunista de China respecto a Deng Xiaoping, julio de 1977) en Neue Einheit No. 1-77/78, la publicación: "Warum unsere Partei die Einmischung von seiten der Abteilung für internationale Verbindungen und anderer chinesischer Organe ablehnen mußte" (Porqué nuestro partido tuve que rechazar la interferencia al parte del departamento para las relaciones internacionales y otros órganos chinos) de 1979 y "Der Wechsel in China bedeutet unweigerlich einen Wechsel in der internationalen Lage" (El cambio en China significa inevitablemente un cambio de la situación internacional) en Neue Einheit - Zusammenfassende Nummer für 1979.

[3]  "Linie und Entwicklung der 'Gruppe Rote Fahne' (KPD) 1970- 1975", "Der Weg der Partei" No..3 1975, Verlag Roter Morgen, Sept.1975. Sobre el tema de Chile vea entre otras en las páginas 301 ff. y por ejemplo 358 ff.

 

(Traducción del original alemán, 23 de septiembre de 2003)

 

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